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Archive for noviembre 2013


Tut-Ankh-Amon. El faraón antiguamente olvidado y convertido en leyenda, cuyo nombre significa “Más que nunca está vivo Amon”, nos sigue sorprendiendo después de más de 90 años de su descubrimiento...


Los primeros rastros de un comenta en la Tierra que estalló en Egipto hace 28 millones de años, han sido descubiertos recientemente en un cristal de silicio que fue un broche de Tutankhamon.


El Ultimo Descubrimiento


Por primera vez se ha encontrado un fragmento del impacto de un cometa sobre la Tierra, que fundió la arena del desierto en vidrios empleados como joyas por los antiguos egipcios.

Cuando en 1922 Howard Carter y Lord Carnavon hallaron la tumba del faraón Tutankhamón en el Valle de los Reyes, la noticia dio la vuelta al mundo, en una época en la que semejante difusión no era algo fácil de conseguir. Entre las maravillas encontradas por los arqueólogos en aquel mausoleo, la imagen de la máscara funeraria de oro ha sido siempre la más popular. Sin embargo, hay otra pieza que no levantó tanta admiración en su día, pero cuya imagen está dando la vuelta al mundo hoy, 91 años después del hallazgo.

Se trata de un pectoral, un colgante con un gran escarabajo de vidrio de sílice en su centro, conservado en el Museo Egipcio del Cairo, la parte central de este collar está coronada por un precioso escarabajo alado coronado por el "Wadj" o amuleto del ojo de Horus..

Colgante de Tutankamon (de piedra de meteorito)

La gema, pulida por los artesanos, era uno de los llamados vidrios del desierto de Libia, piedras de color amarillo que se encuentran dispersas en un área de 6.000 kilómetros cuadrados del Sáhara, que tienen unos 28 millones de años de antigüedad y que son conocidas desde el Pleistoceno.

Sin embargo el origen de este cristal no era conocido científicamente hasta ahora. Para que la arena cristalice de este modo se requiere una temperatura extremadamente alta, lo que sugiere que fue por la explosión de un meteorito. Ahora, un equipo multidisciplinar de científicos surafricanos ha desentrañado por fin el secreto de estos vidrios y, con ello, ha mostrado la primera prueba jamás conocida del impacto de un cometa sobre la Tierra. Los resultados se publican en la revista Earth and Planetary Science Letters.


Desierto del Sahara

Se conocen muchos casos de impactos de meteoritos en nuestro planeta, pero por el contrario nunca se han encontrado restos de cometas, a excepción de algunas partículas de polvo a gran altitud en la atmósfera y de ciertos residuos carbonados en el hielo de la Antártida.

 “Los cometas siempre visitan nuestros cielos; son esas bolas de nieve sucia, de hielo mezclado con polvo. Pero nunca antes en la historia se ha encontrado material de un cometa en la Tierra”, señala el coautor del nuevo estudio David Block, de Witwatersrand.


Imagen de cometas

De hecho, el interés científico de este tipo de material ha impulsado el desarrollo de misiones espaciales destinadas a recoger muestras de estos cuerpos errantes. “La NASA y la Agencia Europea del Espacio (ESA) gastan miles de millones de dólares en recoger unos pocos microgramos de material de cometas y traerlos de vuelta a la Tierra”, apunta el director del estudio, el geoquímico de la Universidad de Johanesburgo Jan Kramers. “Ahora tenemos un abordaje radicalmente nuevo para estudiar este material”, presume.

El trabajo de Kramers, Block y sus colaboradores no se limita solamente a explicar la cristalización de la arena, sino que revela un enorme hallazgo, un fragmento del cometa que provocó el fenómeno. Su trabajo se ha centrado en un misterioso guijarro negro que un geólogo egipcio encontró hace años en una zona de vidrio de sílice al suroeste de Egipto. En un principio pensaron que podía tratarse de un tipo inusual de meteorito, pero los análisis químicos practicados a la piedra descartaron una a una todas las hipótesis. No era carbón terrestre, ni roca meteorítica, y sin embargo ciertos isótopos apuntaban sin cuestión a un origen extraterrestre. Solo quedó una explicación: tenían entre manos el primer espécimen macroscópico procedente del núcleo de un cometa. Kramers recuerda el momento con emoción: “Es la típica euforia científica, cuando eliminas todas las demás opciones y llegas al convencimiento de lo que debe ser”.


Microdiamantes Hipatia


El hallazgo ha permitido a los investigadores reconstruir lo ocurrido hace 28 millones de años, cuando un cometa penetró en la atmósfera terrestre y explotó sobre Egipto, esparciendo sus restos y fundiendo la arena del desierto a una temperatura de unos 2.000 grados centígrados. Además de los vidrios de sílice, el enorme calor provocó la formación de microdiamantes como los que se encuentran dentro del guijarro negro, al que los científicos han bautizado como Hipatia en honor a la matemática y astrónoma de Alejandría. “Los diamantes se producen a partir de material de carbono. Normalmente se forman en las profundidades de la Tierra, donde la presión es muy alta, pero también los pueden provocar una gran presión con un impacto. Parte del cometa impactó y la onda expansiva produjo los diamantes”, detalla Kramers.


Diamantes
Tal vez el colgante sea uno de los últimos secretos de la tumba de Tutankhamón que quedaban por revelar, pero en cambio Hipatia no ha hecho sino comenzar a mostrar los suyos. El descubrimiento ha motivado la puesta en marcha de un amplio y ambicioso proyecto internacional  destinado a escuchar lo que este guijarro puede contarnos sobre nuestros propios orígenes. “Los cometas contienen los secretos de la formación de nuestro Sistema Solar, y tenemos una oportunidad sin precedentes para estudiar material de un cometa de primera mano”, concluye Block.


¿Para que utilizaban las joyas los Egipcios?


Pues bien, la historia orfebre egipcia, y el trabajo de la incrustación vítrea ya se llevaba a cabo en la primera Dinastía egipcia. Sin embargo, lejos de ser utilizadas de forma frívola y ostentosa en vida, los antiguos egipcios, les proporcionaban un uso mucho más trascendental, otorgándole poderes sobrenaturales a cada una de las piezas que elaboraban para el viaje del difunto a la otra vida, en la que cada material, cada piedra, cada cristal, cada metal y cada detalle, eran de suma importancia teniendo en cuenta el valor y propiedades mágicas que cada uno poseía. Entre las muchas y variadas piezas, en el ajuar funerario egipcio encontramos numerosos pectorales y collares, anillos, pendientes y anillos.


Joyas Egipcias

Encontramos de este modo, numerosos textos que aluden o dotan de las correspondientes cualidades a cada una de las piezas colocadas sobre la momia, como por ejemplo en el Libvro de los muertos, en el que se nos dan algunas instrucciones para fabricar (manufactura y elaboración precisas incluidas, detallando material y forma..) para posteriormente colocarlo en la garganta del difunto...
Este libro sagrado pertenece a una colección de aproximadamente 200 textos egipcios que se encuentra dispersa en los papiros que se colocaban en los sarcófagos, y sus oraciones o conjuros iluminaban el camino que habían de seguir las almas de los muertos para superar la larga noche de la muerte y acceder a la compañía de Ra (el Dios Sol) y superar el juicio de Osiris.


Libvro de los muertos

El ajuar del joven Tutankhamón ha sido un verdadero regalo para verificar esta correspondencia entre las indicaciones y afirmaciones del Libvro de los muertos, y la realidad de un tesoro orfebre. Ejemplo de esa similitud es éste extraordinario pectoral de buitre alado remachado en oro puro y gemas vidriadas que protegía el pecho del faraón en su sarcófago, hecho minuciosamente siguiendo las instrucciones que proponen el capítulo XXVII del mismo Libro...

Por lo que se ve, el yacimiento del Sahara parece haber sido de sobra conocido en la antigüedad dadas las piedras talladas a forma de cuchillas y pequeñas lajas encontradas como utensilios. Además es obvio que la rareza y singularidad del cristal era ya por aquella época muy importante para los antiguos egipcios dadas las molestias tomadas en llegar hasta ese inhóspito paraje con la única intención de conseguir una piedra de la calidad suficiente para ser digna de la joya del faraón en su viaje al Mas Allá.


TUTANKHAMON


Su nombre original, Tutanjatón, significa la "imagen viva de Atón", mientras que Tutanjamón significa la "imagen viva de Amón". Su nombre fue escrito habitualmente como Amón-tut-anj, debido a la costumbre de los escribas de poner el nombre del dios al principio de la frase para honrarle.

Tutankamón no fue un faraón notable ni conocido en épocas antiguas; el tamaño relativamente pequeño de su tumba (KV62) fue la razón de que no fuera descubierta hasta el siglo XX. 
Howard Carter la encontró el 4 de Noviembre de 1922 intacta y llena de maravillas bajo las arenas del Valle de los Reyes (la gran necrópolis del desierto de Tebas).

Máscara funeraria de Tutankhamon

Su descubrimiento y los tesoros encontrados en ella tuvieron cobertura mundial en la prensa y renovaron el interés del público por el Antiguo Egipto, convirtiéndose la máscara funeraria del faraón en la imagen más popular.

Tutankhamon es uno de los 60 Faraones del antiguo Egipto. Fue un rey joven, se le llamó el "niño-rey", ya que tan solo a los 9 años empezó su reinado que duró 9 años muriendo a la temprana edad de los 18 años. Al parecer padecía alguna enfermedad y tenía además algunos huesos rotos. Según los expertos y las últimas hipótesis del doctor Chris Naunton (director de la Sociedad de Exploración de Egipto), la muerte del faraón fue una muerte inesperada al ser atropellado por un carro, dejando su tumba inacabada, fue enterrado en una más pequeña, seguramente destinada a otra persona.


La muerte de Tutankhamon


Se ha especulado mucho sobre la muerte del Faraón, pues entre las hipótesis arrojadas figuraban las siguientes:

- Muerte por malaria : Su salud y su estado físico eran realmente lamentables. Lo más llamativo fue que las pruebas realizadas a los restos del faraón evidenciaron la presencia de tres genes vinculados al Plasmodium falciparum, parásito responsable de la malaria.

-Asesinato: pues en la momia se apreciaba una fractura en la nuca, aunque quizá ésta fue producto de las manipulaciones de Howard Carter y sus arqueólogos en 1922, cuando le arrancaron la máscara de oro que estaba pegada al cadáver con cuchillos calientes.

Tutankhamon

- Atropello por carro de combate: Dada la grave herida que sufrió en la rodilla izquierda y la necrosis ósea vascular provocada por la falta de riego sanguíneo, se piensa que la herida pudo producirse por múltiples razones, desde un ataque con una espada, un instrumento cortante, hasta atropello de un carro mientras cazaba. Ésta es la hipótesis que más se ha acercado dada la simulación realizada por Chris Nauton en entorno virtual de cómo podría quedar la rotura de huesos por atropello de carro, lo cual se acerca bastante a las heridas sufridas por el Faraón.

-Envenamiento.

"Aunque es probable que nunca tengamos la certeza absoluta de qué o quién mató al faraón. La falta de órganos internos en las momias provoca que un diagnóstico definitivo sea algo casi imposible, pero ahora sabemos cosas que ni habíamos sospechado. Aunque muchos interrogantes todavía persistan." - Afirma Eudald Carbonell.

Tutankhamon y su extraña familia


Un estudio encargado en el 2010 por Zahi Hawass (director del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto) permitió conocer las diversas enfermedades que afectaban a la familia de Tutankamón a partir de biopsias, análisis radiológicos y de ADN de las 10 momias relacionadas con el faraón, pudiendo identificar a su padre y a su madre, entre otros parientes.

Para comprender con claridad la truculenta historia familiar que rodea al rey "Tut", hay que retroceder hasta 1898. Ese año, el aventurero francés Victor Loret descubrió en el Valle de los Reyes una pequeña tumba, la KV35. Se trataba de un sepulcro no excesivamente suntuoso que fue construido para servir de refugio temporal de los restos del faraón Amenofis II, aunque posteriormente (tal y como se dedujo al interpretar algunas de sus inscripciones) también albergó ocasionalmente los cuerpos de otros personajes, como Amenofis III y Ramsés IV.


Necropolis del Valle de los Reyes


Pero en su interior no aparecieron los cuerpos de ninguno de ellos. En su lugar, se encontraron tres misteriosas momias. Una masculina, y las otras dos femeninas. La primera, que aún lucía una frondosa melena negra, fue apodada "La Vieja Dama", y la otra, bautizada como KV35YL, recibió el apelativo de "La Joven Dama". ¿Pero quiénes eran estas mujeres?

Sus identidades ha sido objeto de numerosas elucubraciones. Así, en el año 2003 la egiptóloga británica Joann Fletcher se mostró convencida de que la momia KV35YL pertenecía a la mítica y bella Nefertiti, esposa principal del fararón Akenatón (también conocido como Amenhotep IV). Y apuntaba la posibilidad de que esta legendaria reina fuera también la madre de Tutankamón. Frente a ella se posicionaron otros estudiosos que creían que la madre de "Tut" debía de ser Kiya, otra de las esposas de Akenatón.

Pues ni la una, ni la otra. Zahi Hawass y su equipo han establecido el que consideran el árbol genealógico definitivo de este joven faraón. Un linaje de lo más morboso, tal y como veremos a continuación.

Nefertiti
Las pruebas de ADN parecen demostrar que el abuelo de Tutankamón fue el faraón Amenofis III (también llamado Amenhotep III), y que su abuela fue quien después se convirtió en la momia melenuda conocida como "La Vieja Dama", ahora identificada como Tiya, esposa del soberano. Esta mujer, que al parecer poseía una belleza asombrosa, no era de sangre real, sino hija de una familia de poderosos terratenientes, y se desposó con el monarca gracias a sus encantos. Los historiadores la describen como una persona ambiciosa, y dicen que era quien realmente manejaba las riendas del poder durante el reinado de su esposo.

De la unión de Amenofis III y Tiya nacieron varios hijos, entre ellos Akenatón, quien se casó con Nefertiti. Como ella tampoco se quedaba corta en lo que a ansias de poder se refiere, los estudiosos dicen que la relación entre suegra y nuera no era buena. ¿Pero fue Tutankamón hijo de Nefertiti?


Familia de Tutankamon

Los análisis realizados por Hawass parecen demostrar que, efectivamente, el padre de "Tut" fue Akenatón, y que la madre es quien después se convirtió en la momia de "La Joven dama", KV35YL (un nombre muy poco maternal). Estas pruebas tiran además por tierra la tesis de que dichos restos perteneciesen a Nefertiti, ya que los análisis han demostrado que se trataba de una hermana del propio Akenatón. Queda así demostrado que "Tut" nació fruto de una relación incestuosa, aunque la identidad de su madre sigue siendo una incógnita.

Sin embargo este árbol genealógico no acaba de convencer a todos los historiadores. Francisco J. Martín Valentín, director del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto, tiene sus dudas acerca de la paternidad de Akenatón. "Mis reparos nacen realmente de que no existe una certeza absoluta de que los restos atribuidos a este faraón fueran realmente suyos", asegura el investigador.

Los supuestos restos de Akenatón fueron hallados en 1907 por Edward R. Ayrton en una extraña tumba bautizada como KV55. Se trata de uno de los sepulcros más enigmáticos jamás encontrados. Sin inscripciones ni grabados, de una austeridad insólita. Y para añadir más misterio, en su interior apareció un sarcófago sin máscara funeraria y del que se habían borrado las inscripciones referentes a la identidad de su propietario. Más que una tumba, parecía un escondite en el que se hubiera querido ocultar los restos de una persona non grata.


Akenaton

Este suceso es uno de los indicios que han hecho pensar a los historiadores que el personaje allí enterrado era Akenatón, ya que se trata de un faraón considerado hereje, que rompió con la ordotoxia religiosa de su dinastía y que, por ello, cayó en desgracia.

Francisco J. Martín Valentín mantiene su propia teoría sobre quiénes son (en su opinión) los padres de Tutankamón: Amenofis III (que en el árbol genealógico de Hawass sería su abuelo) y una hija de éste, Satamón. Con lo que, en ambas hipótesis, el origen incestuoso de "Tut" se mantiene. "El incesto era una práctica habitual en la familia real egipcia, un medio para conservar la pureza de la sangre", explica el egiptólogo español.

Pero el estudio genético recientemente presentado ha despertado otras sospechas. Así, el antropólogo Eudald Carbonell se sorprende de que estas pruebas se hayan realizado con ADN nuclear, y no mitocondrial, que es el que se hereda exclusivamente de la madre, como sería más lógico.

En lo que sí existe más unanimidad entre los especialistas es a la hora de aceptar los resultados médicos que se deducen de los estudios genéticos realizados a la momia de Tutankamón.


La Maldición de Tutankhamon


Todo comienza con una muerte en extrañas circunstancias y una desafortunada cadena de coincidencias generando una de las leyendas más inquietantes sobre Egipto que se conocen, "La Maldición de Tutankhamon".
El Cairo, 4 de noviembre de 1922. Un explorador llamado Howard Carter revisa sus notas mientras asume el poco tiempo que le queda para obtener el único éxito que justificaría cinco caros años de excavaciones en el Valle de los Reyes.

Howard Carter

Entonces los gritos de uno de sus ayudantes le sacan de su letargo. A pocos metros de su estudio improvisado en mitad del desierto aparece un escalón que antes estaba sepultado bajo la arena. Éste fue el primer peldaño hacia lo que sería uno de los mayores descubrimientos arqueológicos de la historia del siglo XX: la tumba del faraón niño Tutankamón.

"Encontraron en un lugar que se creía totalmente rastreado una tumba real prácticamente intacta y una cámara funeraria tal y como la habían dejado los sirvientes del faraón 3.300 años antes. Fue un hallazgo maravilloso que nadie se podía imaginar",
- relata el presidente de la Asociación Española de Egiptología, Rafael Agustí. Se trataba de un tesoro compuesto por más de 5.000 piezas, entre extravagantes camas con forma de animal, diademas adornadas con los símbolos reales, pequeños tronos para un semidiós de tan sólo ocho años o carros ceremoniales con relieves que narraban las hazañas de su dueño. Y sobre todos estos objetos preciosos, un sarcófago hecho con 140 kilos de oro macizo y una máscara funeraria considerada después como una de las obras de arte más bellas de todos los tiempos.


Howard Carter y la tumba de Tutankhamon

La noticia corre como la pólvora. «Realizado al fin maravilloso descubrimiento en el Valle. Magnífica tumba con los sellos intactos. Esperamos su llegada. Enhorabuena». Éste es el telegrama que envía el descubridor a su mecenas George Edward Herbert, quinto conde de Carnarvon, que viaja poco después a Egipto para ver con sus propios ojos el hallazgo.

Sin embargo, un acontecimiento fortuito oscurece el ánimo de algunos de los obreros que trabajaban en la excavación. Días antes de romper el sello de la entrada a las cámaras mortuorias, el canario que hacía compañía al solitario Howard Carter es devorado por una cobra, el animal que simboliza el poder ultraterreno del faraón "Tut".




Una vez que Lord Carnarvon llega a El Cairo, este mal presagio no impide que se abra la tumba. El acontecimiento es anunciado para todo el mundo por el periódico británico «Times», al que el aristócrata había vendido la exclusiva de la noticia para reponer sus arcas, maltrechas tras largas campañas de excavaciones sin recompensa.

Tras la apertura de la tumba, acaecieron hechos a los que no se ha encontrado una explicación clara. A Lord Carnarvon le picó un mosquito le provocó erisipela, una herida que se infectó al cortarse con una navaja de afeitar y que derivó en una grave infección sanguínea. Una extraña neumonía complicó la situación y aceleró el proceso que acabaría con su vida el 5 de abril de 1923, apenas cinco meses después de haberse interrumpido el descanso del faraón.

Este acontecimiento dio el pistoletazo de salidaa una vorágine en la que periódicos de todo el mundo abrían casi a diario sus ediciones hablando sobre la maldición de Tutankamón.


Muertes ¿Inexplicables?

Personajes como el afamado escritor Sir Arthur Conan Doyle, creador de la saga de Sherlock Holmes, fue uno de los primeros en declararse creyente de la maldición y en dar popularidad al mito. En los salones de té y clubes de caballeros no se hablaba de otra cosa. Algunos decían que las luces de El Cairo se apagaron misteriosamente minutos después de la muerte de Lord Carnarvon, como una muestra de la ira divina. Otros comentaban que, en ese mismo instante, la perra del aristócrata cayó fulminada sin motivo aparente en el castillo inglés de Highclere. Meses después, las muertes de varios ayudantes de Carter siguieron alimentando el miedo entre las mentes más impresionables.


La maldición de Tutankhamon

También murieron varios obreros mientras se estaba excavandoLos apuntes de Carter sobre el descubrimiento describían la presencia de materiales orgánicos y moho en las paredes. Al parecer, un habitáculo de ese tipo nunca está totalmente cerrado entrando muchas veces murciélagos que lo contaminan, además el polvo que se origina sobre ellas puede dañar los pulmones, lo que según piensan los arqueólogos, es lo que podría haber acabado con la vida de los trabajadores y no una maldición.

A lo que se refieren los arqueólogos es al hongo "histoplasma", el cual es un micro-organismo poco frecuente en regiones áridas como Egipto, que puede generar infecciones en personas sanas. De cada cien personas que inhalan el "histoplasma", un cinco por ciento desarrolla una infección grave que puede poner en peligro su vida; el otro 95 por ciento presenta una infección muy leve, parecida a un catarro, aunque puede presentar complicaciones crónicas en el futuro.




Además de estos microscópicos asesinos a sueldo del faraón, los historiadores también hablan de una misteriosa tablilla a las puertas de la tumba en la que Tutankhamón avisaba a los profanadores de las consecuencias de su sacrilegio. «Hay una tablilla de arcilla de la que todo el mundo habla y que aparece mencionada por varios autores», reconoce el presidente de los egiptólogos españoles.
Sin embargo, dice que nadie la ha visto, nunca estuvo catalogada y que no existe ningún documento gráfico que dé fe de su existencia.

«Los egipcios –explica Rafael Agustí– conocían el arte de maldecir, la magia simpática. Incluso se sabe que los personajes influyentes de la época escribían el nombre de sus enemigos en una tabla de arcilla o sobre fragmentos de piedra caliza para después romperlas y condenar a la mala suerte a sus adversarios. Pero no empleaban estos métodos para asegurar las tumbas porque sabían que no servía para nada; el pueblo pasaba hambre y en cualquier caso los ladrones, a la hora de decidir si entrar o no en una tumba, temían más a los castigos físicos de los vigilantes que a una posible maldición procedente del más allá».


"Malditos aquellos que perturben el descanso del Faraón"

 «La muerte golpeará con sus alas a aquel que perturbe el descanso del faraón», rezaba la supuesta tablilla. 

Mito o realidad, lo cierto es que la maldición de Tutankamón llega intacto a nuestros días. De eso se han encargado películas como «La Momia» o «La maldición del Rey Tut» , en cuyo rodaje se sucedieron acontecimientos inexplicables que fueron relacionados con el misterio.

También han seguido echando leña al fuego otros sucesos oscuros, como la muerte accidental de uno de los directores egipcios de antigüedades que autorizó la salida de los tesoros de "Tut" a una exposición en París o los seis infartos que sufrió uno de los ingenieros del vuelo que sacó los efectos reales de El Cairo y osó burlarse de las habladurías sobre el joven mandatario.

Película "La maldición de la tumba de Tuankamon"


Así fue como el último faraón de la décimosexta dinastía, nacido bajo la sombra de predecesores de la talla de Ramsés II o de su propio padre, Akenatón, se convirtió en el rey de Egipto más famoso y temido de todos los tiempos. La maldición ha supuesto para él una protección envidiable, que para sí hubieran querido los grandes gobernantes del país del Nilo.

Ni victorias, ni pirámides colosales o decisiones revolucionarias lograron para sus artífices lo que un mosquito, el azar y una guerra de titulares consiguieron para Tutankamón: la vida eterna.


Documentales


Para completar el artículo, aquí os dejamos algunos de los documentales referentes a la historia y maldición del Niño Faraón que esperamos os resulten interesantes. Y ya sabéis que si os gusta el tema, cualquier comentario será bienvenido:

La historia de Tutankhamón:



La investigación de Zahi Hawass:




La Maldición de Tutankhamón:











Vía: